Cualquiera que me conoce bien sabe que la caza y la pesca me apasionan. Es fácil hablar de aquello que te apasiona, ¿verdad? Me encanta hablar con otros cazadores y pescadores sobre caza y pesca. Dios nos creó para ser apasionados sobre lo que amamos; por tanto, deberíamos estar apasionados por Él todo el tiempo.

Cuando era niño, iba a juegos de fútbol y nadie me tuvo que enseñar a echarle porras a mi equipo favorito diciéndome: “Está bien que aplaudas si el equipo hace una buena jugada, puedes gritar y emocionarte. Y esto realmente puede sorprenderte, pero puedes alzar las manos si tu equipo anota un ‘touchdown’.”

Hay una verdad innegable sobre los verdaderos aficionados, son apasionados. Solamente mira cualquier juego profesional o de colegio, o la Copa Mundial de Fútbol; mientras las cámaras pasan por el público, verás pasión. Los aficionados tienen pompones, están vestidos con los colores de su equipo y gritan. Puede que estén cantando. Están metidos de lleno en eso. ¿Sabes cómo es estar en un estadio?, ¡Escandaloso! El lugar se estremece de pasión, los aficionados reales son apasionados por su equipo.

Lo que sea que te apasione, también te emocionará. Despertar, quiere encender una pasión más profunda por Dios, en tu corazón. ¡Pon una canción de adoración! Levanta los brazos, abre tus manos, abre tu boca para cantar y bailar. Pídele a Dios que encienda esa pasión en ti, que te ayude a sentirlo a Él y expresar tus sentimientos.

Salmo 100 (NTV)

1  ¡Aclamen con alegría al Señor, habitantes de toda la tierra! 2  Adoren al Señor con gozo. Vengan ante él cantando con alegría. 3  ¡Reconozcan que el Señor es Dios! Él nos hizo, y le pertenecemos; somos su pueblo, ovejas de su prado. 4  Entren por sus puertas con acción de gracias; vayan a sus atrios con alabanza. Denle gracias y alaben su nombre. 5 Pues el Señor es bueno. Su amor inagotable permanece para siempre, y su fidelidad continúa de generación en generación.