Tú puedes conocer a Dios y nunca haber rendido tu vida completamente a Él. Tus pecados pueden haber sido perdonados, puedes estar camino al cielo; pero estar todavía en control de tu vida. Puedes invitar a Dios a tu vida, pero que siga siendo “tu” vida y seguir sentado en el asiento del conductor.
La oración y el ayuno tienen que ver con salirnos del asiento del conductor. Realmente rendirnos, significa darle a Dios nuestra vida entera y descubrir la realidad, gozo, paz, libertad, sentimientos y experiencias que vienen de conocer a Dios realmente. A menudo pensamos que esta es una decisión de una sola vez, pero es algo que debemos practicar regularmente para mantener nuestro fervor espiritual.
Dios te está preguntando, “¿Me dejarías conducir, me darías el control completo? Si quieres todo de Mí, entonces necesito todo de ti”. Le dirias a Jesús hoy que haga las cosas a Su modo en tu vida?
¿Hay algo que necesitas rendirle a Dios hoy? ¿A qué te has estado aferrando que necesitas entregarle a Dios? Durante tu tiempo de oración hoy, entrégale esto a Dios y observa cómo eso mueve montañas en tu vida.
Mateo 16:24. (NTV)
Luego Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su manera egoísta de vivir, tomar su cruz y seguirme.
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